En este post hablamos un poco de unos seres muy cercanos a los hobbies: los hobbits

El motivo de esta entrada es que en las búsquedas ocasionalmente se confunden ambos términos.  Esto nos ha llevado a revisar si hay alguna coincidencia, es decir, si los hobbits tienen algún hobby.  En principio no es evidente que los tengan, ya que pasan casi todo el tiempo en aventuras, luchando o porfiando.  En los ratos de ocio suelen divertirse, beber, bailar y fumar.  Pero cuando llega la jubilación, ahí si parece que Bilbo se distrae en su tiempo libre con el hobby de la escritura.  Escribe sus memorias y, una vez terminadas, se dispone a desaparecer del mundo hobbitiano, marchándose con los elfos.  Es decir, hay al menos un hobbit que tiene un hobby.  Pero es de los mejores, muy creativo y distraido.  No es infrecuente que los jubilados aprovechen para escribir sus memorias, si consideran que su vida ha tenido momentos de suficiente interés y, además, les gusta escribir.

En no haber hallado más hobbies, no ya entre los hobbits, sino entre los otros habitantes de la tierra media, es posiblemente debido a que «no paran», como ocurre habitualmente en las peliculas.  En las de acción, no dejan  de enfrentarse a dificultades, en las comedias, de hacer gracias, en los dramas, de sufrir, en los thrillers, de buscar al asesino, etc…

Desgraciadamente no somos expertos en cine, pero es muy posible que los eruditos sean capaces de recordar no sólo muchas escenas relacionadas con hobbies, sino peliculas dedicadas a ellos.  Nosotros  recordamos, y es ejemplar de cómo se aprende y se disfruta de un hobby, la película «Bailar«, con Richard Gere y J Lo, de dudosa calidad fílmica y de máximo interés hobbistico, ya que la afición al baile «salva» al aburrido ejecutivo -y familia- de su monótona vida..

En la gran película de John Ford, El hombre tranquilo, hay dos momentos «hobby», evidentes.  En uno se trata de un sacerdote católico que se dedica a la pesca con entusiasmo. En otro el sacerdote es protestante y disfruta muchísimo coleccionando recortes de eventos deportivos.  Quizá esto de los sacerdotes es porque los demás pasan el tiempo libre en el pub. En la maravillosa Calabuch, de Berlanga, el farero Pepe Isbert juega con pasión y por teléfono al ajedrez  con el cura y en La vuelta al mundo en 80 días, Phileas Fogg muestra una casi adicción a los juegos de cartas.  En la fantástica Psicosis, de Hitchcock, aunque no es el mejor ejemplo de los beneficios de los hobbies, la futura asesinada de escena mítica le dice al perturbado Norman Bates, en relación con su colección de aves disecadas: «cada hombre debe tener un hobby».    En fin…. ejemplos un poco curiosos, a la espera de poder contar con la colaboración de un verdadero cinéfilo.

En la superbucólica e ideal Comarca, y en otros mundos soñados del cine , también aparecen excelentes hobbies que cumplen su importante misión: que los personajes se lo pasen bien.

 

Photo by Lucas Gruwez on Unsplash

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