En este post especulamos sobre el antagonismo existente entre los hobbies y el «dolce far niente» o «dulce no hacer nada».

El interés del tema deriva del hecho de que el dolce far niente (expresión en italiano) es un competidor, una alternativa y, posiblemente, un complemento a la actividad de hobbies y aficiones.

Los comentarios del post, totalmente discutibles, están basados en experiencias, reflexiones personales y alguna lectura.

El dolce far niente se supone que es una forma agradable y positiva de ocupar el tiempo libre.  En este sentido es diferente al aburrimiento de tiempo libre, que tiene una connotación generalmente negativa.

El dolce far niente-según nuestro criterio- es algo muy frecuente, especialmente en vacaciones o en personas mayores con mucho tiempo libre.  Hay diversos ejemplos, como estar tumbado en una playa o piscina o un jardín, sin hacer nada, sentados, generalmente solos, en un parque o un café o incluso paseando tranquilos.  En estas circunstancias hay que “no hacer nada”, ni leer, ni escuchar música, ni charlar con alguien, ni-desde luego-pensar.  Si se puede “dejar volar la mente” y quizá escuchar música “de fondo”, relajante e inespecifica.  Lo esperado es tener “la mente en blanco” o bien mirar o escuchar (el paisaje, la gente que pasa, cantos de pájaros, etc…) disfrutando, pero sin analizar ni pensar.

El hecho de tener la mente “en blanco” provoca ciertas similitudes entre el dolce far niente y la meditación o el mindfulness,  y en algún estudio de función cerebral se ha llegado a señalar una cierta coincidencia en algunas funciones entre los tres,  aunque los últimos requieren un acercamiento activo y el dolce far niente no.  Igual que se ha mostrado que la meditación ayuda contra el estrés, se ha sugerido que el no hacer nada, con actitud positiva, también podría ser útil.  El dolce far niente  no es asequible más que para aquellos que por su naturaleza y sin necesidad de un aprendizaje o esfuerzo especial, son capaces de relajarse y no “darle vueltas a la cabeza”.

Hemos señalado que los hobbies y el dolce far niente son competidores en el sentido de que ambos aprovechan el tiempo libre de manera positiva, pero los hobbies “haciendo algo” y el dolce far niente “no haciendo nada”.  Por otro lado, parece que practicar un hobby es bastante positivo para la salud y la calidad de vida, hecho no comprobado-aunque sí sugerido- con el dolce far niente.  

Hay un aspecto interesante en la expresión dolce far niente y es que la traduccion literal: “dulce hacer nada”, al margen de la forma gramatical italiana (en español probablemente sería-no somos traductores-«dulce no hacer nada»), sugiere que la inacción es en el fondo más una forma de acción que una falta de ella.   Este aspecto, así como su forma positiva de ocupar el tiempo libre, sugiere algunas coincidencias con los hobbies, de modo que aunque sean competidores no son necesariamente antagónicos.  

Un paseo por la playa nos muestra a personas echadas : unas sin hacer nada, otras leyendo un libro (¿hobby de lectura?), otras escuchando música (¿hobby de afición a la música?).  ¿Quién de ellas es más feliz, o se lo pasa mejor?.  Otro paseo por el bar del pueblo nos muestra un grupo de mayores jugando a las cartas y a otros que, solos, toman un café y miran hacia la calle. ¿Quién es más feliz?.

Lógicamente hobbies y dolce far niente son compatibles y , con cuál de ellos se prefiera ocupar el tiempo libre  dependerá principalmente de la personalidad de cada sujeto.  Nosotros, sin duda, preferimos los hobbies, sin despreciar algún período dedicado al dolce far niente.

Por último, sugerir un estado intermedio, que podríamos denominar “dolce far po’” («dulce hacer poco»: interpretaciones lingüisticvas intuitivas de alguien que no maneja mucho italiano) que sería un escalón más activo que el dolce far niente.  Por ejemplo, estar relajado , sentado o echado, pero leyendo un libro de lectura cómoda, escuchando con interés música no excitante, o haciendo una labor de punto que no exija casi atención, etc…   En teoría también entraría estar viendo la TV , pero esta actividad, la más frecuente de todas, está considerada como probablemente poco saludable, por lo cual nosotros no la incluiríamos, excepto en su uso puntual o específico.

En resumen, dolce far niente y hobbies son algo relativamente opuesto, pero por otro lado se pueden complementar en el uso positivo del tiempo libre.

 

Vago DR. The brain on silent mind: mind wandering, mindful awareness and states of mental tranquility.  Ann NY Acad Sci 2016, 1397, 96-113

Hodgkinson. How to be idle. Harper Collins, 2004

https://www.fantasiologo.com/fantasiologo%20dolce%20far%20niente.htmlhttps://www.newidea.com.au/the-surprising-benefits-of-doing-nothing

Share This