Hemos comentado (parte 1)  diferentes clasificaciones dadas para los hobbies, con varios puntos en común y otros diferentes.  A continuación explicaremos nuestra opinión, en función de lo leído y de nuestra propia experiencia:

Para realizar una clasificación adecuada deberían manejarse unos criterios que la orienten.  Estos criterios deberían estar basados en los elementos que constituyen un hobby.  Dichos  elementos deben ser principalmente  objetivos y bien reconocibles , como pueden ser el lugar, el material , exigencias físicas o psíquicas o características de la participación.

Asi, dentro de estos elementos y tras el análisis de los diferentes hobbies y las clasificaciones dadas,  se podría concluir con que

los principales elementos que caracterizan a un hobby son:

– lugar de desarrollo (interior frente a exterior),

– predominio de la participación física, psíquica o manual ,

-la forma de participación y de competitividad: individual, parejas, colectiva,

-el tipo de participación en la actividad (activo frente a observación) y las características estructurales (materiales).

Por otro lado parece haber otros grupos que, aun siendo clasificables con los elementos previos,  parecen tener suficiente identidad, basada en una o más características exclusivas, como para merecer un grupo en si mismas.  Eso ocurre, por ejemplo, con los juegos,  con el voluntariado o con viajar.   Desgraciadamente no hemos encontrado estudios que analicen científicamente cuáles son los elementos que constituyen el hobby y su función en la posible constitución de grupos.

De la clasificación el aspecto quizá más controvertido es la inclusión de actividades consideradas de observación o contemplativas.  De esto último el ejemplo más evidente es la actividad  (una contradicción terminológica) de ocio más frecuente con diferencia, como es ver la TV y también otras muy  habituales como leer el periodico, oir la radio o navegar  en internet.   La actitud contemplativa no es necesariamente pasiva,  porque el sujeto puede participar de forma mental o anímica incluso de forma interactiva.  De todos modos  el gusto por lo contemplativo frente a lo participativo es lo que más diferencia a ciertas aficiones ( ver deportes, oir  música, leer,ver series de TV, ir al cine o al teatro) y a los pasatiempos,  del  hobby.  En un sentido estricto posiblemente esas aficiones y pasatiempos se excluirían de la lista de hobbies, pero,  como la diferencia no es del todo tajante, parece razonable incluirlos.  También hay que tener en cuenta que existen diferentes grados de afrontar la afición.  No es lo mismo aquel que escucha música mientras hace algo diferente o para rellenar el tiempo, que el que la escucha por un interés especial y concreto y es, en medida variable, un conocedor de música que en casos extremos se denomina melómano (o cinéfilo en el caso del cine).  (continúa en parte 3)

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