La fotosíntesis es el proceso mediante el cual las plantas producen el oxígeno que necesitamos los seres humanos para vivir.

Mediante ese proceso las plantas producen materia orgánica con sustancias inorgánicas, apoyándose en la energía solar.

La fábrica de energía son los cloroplastos, órganos ovoides de las células vegetales que tienen clorofila, un pigmento sensible al sol que le da la tonalidad verde a las hojas.

La clorofila también es la base de producción de las sustancias orgánicas a partir del agua y el dióxido de carbono (CO2).

Cuando la clorofila capta la energía solar para realizar la fotosíntesis, se producen dos fases: la fase luminosa y la fase oscura.

Durante la fase luminosa, el proceso depende de la luz, pues cuando la luz es captada por la clorofila, las hojas abren sus poros para absorber el dióxido de carbono, y entonces ocurre el fenómeno conocido como fotólisis, donde el agua se transforma en hidrógeno y oxígeno.

El oxígeno es liberado al ambiente y el hidrógeno pasa a formar parte de la siguiente fase del proceso, que es la fase oscura, donde se crea la glucosa, al combinarse el hidrógeno y el dióxido de carbono captado de la atmósfera.

La glucosa es la encargada de transformar la savia bruta en la savia elaborada para el alimento de las plantas.

De esa forma, los cloroplastos son vitales en el proceso de la fotosíntesis, pues capturan la energía de la luz y fabrican moléculas de glucosa a partir del dióxido de carbono.

El dióxido de carbono se encuentra en el aire y en el agua absorbida del suelo por las raíces.

Los cloroplastos, además de producir la fotosíntesis, sirven como almacenadores de algodón y de algunas proteínas.

¿Cómo las plantas purifican la atmósfera?

La alimentación de las plantas se realiza en varias etapas, la primera de ellas cuando las raíces absorben el agua y otros minerales del subsuelo y después los envían a las hojas, a través de los tallos.

De esa manera, las hojas captarán la luz mediante la clorofila contenida en los cloroplastos, para formar la fotosíntesis.

Una vez alimentadas, las plantas se encargarán de limpiar y purificar la atmósfera.

Ese proceso se cumple cuando expulsan al aire el oxígeno necesario para la subsistencia de los seres humanos, por lo cual los árboles son considerados los pulmones del planeta porque son los mayores sumideros del dióxido de carbono contaminante, después de los océanos.

¿Cómo protege la fotosíntesis al planeta?

Uno de los mayores problemas que tiene el planeta en la actualidad es el de los combustibles fósiles.

Los combustibles fósiles son el petróleo, el carbón, el gas natural y el gas licuado, que son la principal fuente de energía de la Tierra.

Esta fuente de energía abarca un ámbito tan grande que tan solo en los Estados Unidos el 85% de la energía proviene de esos combustibles.

La energía de los combustibles fósiles es la que mueve al mundo, porque de ellos dependen el transporte en todas sus acepciones, automóviles, transporte público, aviones y barcos.

Además, los aparatos que usamos diariamente, como aire acondicionado, calefacción, agua caliente, e implementos para preparar los alimentos, o sea, toda nuestra vida depende de los combustibles fósiles.

Por supuesto, los combustibles fósiles, a la vez que proporcionan confort, afectan al ecosistema por la producción de emisiones tóxicas a la atmósfera debido a la combustión de carburantes del petróleo y sus derivados, como el carbón, la leña y el gas natural.

La contaminación se debe a la emisión de gases como el monóxido de carbono, óxido de nitrógeno, óxido de azufre, y benzopireno.

Estas emisiones traen como consecuencia el aumento de la temperatura media del planeta, el deshielo de los casquetes polares y la subida del nivel de los océanos.

A su vez, estos fenómenos producen inundaciones, aumento de la temporada de huracanes, lluvias torrenciales en verano y aumento de temperatura, como nunca antes, tal cual estamos viendo en la actualidad cuando sorpresivamente en regiones de Europa se está registrando un record en olas de calor de 48ºC.

Los desastres ocasionados por la alteración del clima y la contaminación ambiental, han cobrado miles de vidas cada año, por lo que se hace necesario poner en práctica planes urgentes para frenar el proceso destructivo que vivimos.

En gran parte, además de la acción de los combustibles fósiles, el mismo ser humano es culpable de su desgracia, sobre todo el deforestar miles de hectáreas de frondosos bosques para la minería, o la construcción de ciudades y carreteras, en forma indiscriminada. 

La destrucción de los árboles nos pone en peligro porque los árboles son el pulmón del planeta, el sumidero de carbono que a través de la fotosíntesis nos protegen de la contaminación y de otros males.

Para dar una idea de la importancia de la naturaleza, podríamos decir que en España se calcula que cada persona emite un promedio de 7,15 toneladas de CO2 al año, mientras cada árbol absorbe unos 167 kg de CO2 en ese mismo período, lo cual equivale a 6 árboles por tonelada. 

Entonces, para compensar las emisiones de CO2 de cada español durante un año, tendríamos que plantar 67 árboles en ese mismo período.

Los gobiernos de la Unión Europea se han dado cuenta del peligro y por eso han puesto en práctica medidas tendientes a resolver el problema, pero estas van avanzando con lentitud mientras el desequilibrio ecológico avanza a pasos agigantados. 

Algunas de esas medidas son muy necesarias como la búsqueda de fuentes de energías alternativas, renovables, limpias, en la luz solar, las mareas y la propia masa vegetal.

Así es como han ido apareciendo la biomasa, cuya fuente es la fotosíntesis; la energía eólica, mediante el aprovechamiento de las masas de aire para producir electricidad; la mareomotriz, cuyas fuentes son las mareas oceánicas, la energía hidroeléctrica, la energía geotérmica, y otras.

Asimismo, se están dado pasos para sustituir los autos de combustión por los vehículos eléctricos o híbridos, en varios países, con la finalidad de disminuir o eliminar la contaminación de las grandes ciudades.

Otra de las medidas debe ser la reforestación de espacios que han sido arrebatados a los ciudadanos por el hacha, el machete o las máquinas depredadoras de árboles, y la veda de deforestación en lugares de recreación de los seres humanos.

No lo olvides: siembra un árbol para la vida y estarás contribuyendo a purificar el aire mientras salvas el planeta ¿Te anotas?

Fuentes y bibliografía

Autor: Roberto Espinosa.https://www.sembrar100.com/huerto/

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